Investigación: El gobierno chino obstaculiza los esfuerzos para rastrear el origen del COVID-19.

El gobierno chino detuvo los esfuerzos significativos para rastrear los orígenes de la pandemia del coronavirus, a pesar de declarar públicamente que apoyaba una investigación científica abierta, según una investigación de Associated Press. La AP se basó en miles de páginas de correos electrónicos y documentos no divulgados, grabaciones filtradas y docenas de entrevistas que mostraron que la congelación comenzó mucho antes de lo que se sabía, en las primeras semanas del brote.

Los esfuerzos iniciales cruciales fueron obstaculizados por burócratas en Wuhan que intentaron evitar la culpa y engañaron al gobierno central; el gobierno central, que silenció a científicos chinos y sometió a funcionarios de la ONU a visitas gestionadas; y la propia Organización Mundial de la Salud, que pudo haber comprometido oportunidades tempranas para recolectar información crítica. La secrecía rodea el comienzo del brote de COVID-19. Incluso la fecha en que las autoridades chinas comenzaron a buscar el origen del virus no está clara.

Zhang Yongzhen fue el primer científico en publicar una secuencia del virus COVID-19. Un día después de que escribiera un memorando instando a las autoridades sanitarias a actuar rápidamente, el principal funcionario de salud de China ordenó el cierre de su laboratorio. Entre los médicos y científicos chinos creció la sensación de que Beijing buscaba un chivo expiatorio. El gobierno inició investigaciones sobre altos funcionarios de salud.

A medida que la crítica hacia China crecía, el gobierno chino desviaba la culpa. En lugar de despedir a los funcionarios de salud, declararon su respuesta al virus un éxito y cerraron las investigaciones sobre los funcionarios con pocas pérdidas de empleo. Desde el principio, los científicos chinos fueron silenciados y los políticos tomaron el control.

Al negociar con China para una misión de investigación de COVID-19 a principios de 2020, fue el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, no los científicos, quien decidió los términos. China se negó a otorgar una visa a Ben Embarek de la OMS, entonces el principal experto en virus animales de la agencia. Tomando el control de la visita de la OMS estuvo Liang Wannian, un epidemiólogo cercano a altos funcionarios chinos que era visto ampliamente como alguien que promovía la línea del partido, no políticas respaldadas por la ciencia.