La búsqueda de los orígenes del COVID-19: Luchas políticas y secretismo en China.

La búsqueda del origen del COVID-19 en China se ha detenido, víctima de luchas políticas después de varios intentos estancados y frustrados. El gobierno chino congeló los esfuerzos nacionales e internacionales significativos para rastrear el virus desde las primeras semanas del brote, a pesar de afirmaciones de apoyo a la investigación científica abierta. La investigación se basó en miles de páginas de correos electrónicos y documentos no divulgados y docenas de entrevistas, mostrando que el congelamiento comenzó mucho antes de lo que se sabía y que involucró disputas políticas y científicas en China tanto como acusaciones internacionales.

Desde el 6 de enero de 2020, oficiales de salud en Beijing cerraron el laboratorio de un científico chino que secuenció el virus y prohibieron a investigadores trabajar con él. Los científicos advierten que la ceguera voluntaria sobre los orígenes del coronavirus deja al mundo vulnerable a otro brote, lo que podría socavar las conversaciones del tratado de pandemia coordinadas por la Organización Mundial de la Salud que deben culminar en mayo. En el centro de la pregunta está si el virus saltó de un animal o vino de un accidente de laboratorio. El debate ha empañado aún más las relaciones entre EE. UU. y China.

A diferencia de EE. UU., en China hay poco debate público sobre si el virus vino de la naturaleza o de una fuga de laboratorio. Los esfuerzos iniciales cruciales se vieron obstaculizados por burócratas en Wuhan que intentaban evitar la culpa y engañaban al gobierno central; el gobierno central, que silenció a científicos chinos y sometió a funcionarios de la OMS a visitas muy controladas; y la propia agencia de salud de la ONU, que pudo haber comprometido oportunidades tempranas para recopilar información crítica.

En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China defendió el manejo del país sobre la investigación de los orígenes, diciendo que el país es abierto y transparente. Pero las experiencias anteriores con el brote de SARS, un pariente genético del COVID-19, muestran que China inicialmente ocultó infecciones y luego, tras las quejas de la OMS, Beijing despidió a funcionarios e hizo reformas.

La secrecía rodea el comienzo del brote y la fecha en que las autoridades chinas comenzaron a buscar los orígenes es incierta. La primera búsqueda conocida del virus ocurrió el 31 de diciembre de 2019, cuando científicos del Centro Chino para el Control de Enfermedades visitaron el mercado de Wuhan donde muchos de los primeros casos de COVID-19 surgieron.