El estudio no encuentra lesiones cerebrales en diplomáticos estadounidenses con el 'Síndrome de La Habana'.

Un estudio realizado por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. no encontró lesiones cerebrales ni degeneración en diplomáticos y empleados del gobierno que sufrieron problemas de salud misteriosos conocidos como 'síndrome de La Habana'. Este estudio, que duró casi cinco años, no pudo explicar los síntomas reportados desde Cuba en 2016, como dolores de cabeza, problemas de equilibrio y dificultades para pensar y dormir.

Los sofisticados escáneres de MRI no mostraron diferencias significativas en el volumen, estructura o materia blanca del cerebro entre los pacientes del síndrome de La Habana y trabajadores gubernamentales saludables con trabajos similares. Esto sugiere que, aunque no se pueden descartar lesiones transitorias, no se encontraron marcadores de daño a largo plazo en los escáneres cerebrales.

Un subconjunto, aproximadamente el 28%, de los casos de síndrome de La Habana fue diagnosticado con un problema de equilibrio denominado vértigo postural perceptual persistente, o PPPD, que se vincula a problemas del oído interno así como a estrés severo. Los participantes afectados por el síndrome de La Habana informaron más fatiga, síntomas de estrés postraumático y depresión.

Al principio, hubo preocupación de que Rusia o algún otro país hubiesen utilizado alguna forma de energía dirigida para atacar a estadounidenses. Sin embargo, agencias de inteligencia de EE. UU. dijeron el año pasado que no había señales de que un adversario extranjero estuviera involucrado, y que la mayoría de los casos parecían tener otras causas.

El estudio de NIH, que comenzó en 2018 e incluyó a más de 80 pacientes del síndrome de La Habana, no estaba diseñado para examinar la probabilidad de un arma u otro desencadenante para los síntomas del síndrome de La Habana. Los hallazgos no contradicen las conclusiones de las agencias de inteligencia, afirmando que si algún 'fenómeno externo' estuvo detrás de los síntomas, 'no resultó en un cambio patofisiológico persistente o detectable'.